artesana, creo belleza con mis propias manos.
Desde muy pequeña tengo un tic, me muerdo la lengua cuando estoy haciendo algo que implique concentración.
Según María, mi amiga desde la infancia, ese tic era el responsable de que me salieran bien los dibujos, escribiese un cuento bonito, o que las manualidades tuviesen mejor acabado.
Ella me imitaba y se mordía la lengua a propósito, pero llego a la conclusión de que algo fallaba en su teoría, porque el resultado en sus dibujos, cuentos o manualidades no era el que ella esperaba.
Me gusta recordar esta anécdota con ella, cada vez que hablamos de esto nos reímos juntas.
Ahora, de adultas, sabemos que cada una tenemos unas habilidades diferentes.
El tic lo sigo teniendo, y aquellas habilidades las he ido dando forma durante estos años, quedando reflejadas en este proyecto.